Historias DiarioSur
Por Pablo Santiesteban , 24 de abril de 2023 | 18:15

Enigma: conoce la historia del "hospital maldito" de Osorno

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Por 65 años el hospital maldito de Pilauco permanece llenándose de la vegetación y misterios alrededor de él. Crédito: Grupo Diario Sur.
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[#HistoriasDiarioSur] La enorme estructura que se levanta en el sector de Pilauco guarda secretos que muchos desconoces. ¿Por qué este "elefante blanco" permanece en pie?

Durante los meses de verano el conocido youtuber Claudio Retamales, más conocido como Claux.7, visitó Osorno y fiel al estilo de sus videos, donde explota el halo de misterio de historias o viviendas abandonadas, fue a conocer el recinto del hospital abandonado del sector Pilauco, reflotando historias, leyendas y respirando el ambiente tétrico del viejo edificio.

Para los osorninos el edificio tiene más bien una connotación negativa, pues aparte de que nunca se pudo terminar, la ciudadanía lo relaciona con noches de desenfreno alcohólico, de supuestos extraños ritos y con la muerte, pues a lo largo de los años han sido varios los casos de personas que se han encontrado fallecidas en su interior, ya sea por caídas accidentales o por actos suicidas.

Son varios los hechos que, a lo largo de su historia, han hecho que este “elefante blanco” de siete pisos se ganara el mote de “el hospital maldito de Pilauco”.

Diario de Osorno quiso repasar la historia del misterioso lugar, por qué no se terminó y quién está a cargo del terreno donde se emplaza.

Un gran proyecto de salud

La historia del edificio comenzó en la década de los cuarenta en Osorno.

En 1947 se comenzó a levantar el edificio en el sector Pilauco, pues la idea de las autoridades era tener un recinto que esté en la periferia de la ciudad y que iba a ser una clínica de primera línea para la salud de la zona sur.

Según antecedentes de la prensa de aquella época el constructor fue Olegario Ubilla y el arquitecto Carlos Buschmann y el proyecto fue iniciado por la Corporación de Beneficencia de Osorno.

El proyecto contemplaba siete pisos, incluido un subterráneo donde iban a funcionar las lavanderías, crematorios de basura y cocina. 

En el primer piso iba a estar el hall de acceso, la sala de infecciosos y los laboratorios de rayos X, en el segundo piso destinarían el sector de medicina general y comedores. En el tercero y cuarto pisos estaría medicina general y cirugía. El quinto iba a ser la maternidad y el sexto pabellones, para dejar al séptimo piso como los dormitorios del personal

A fines de 1948 la obra gruesa estaba lista, sin embargo, las obras pararon porque se informó a través de los medios de prensa de la época que el edificio se estaba hundiendo, pues el terreno no era el apropiado.

El argumento del terreno siempre estuvo en duda y se acrecentó aún más cuando el empresario osornino Tobías Farkas (QEPD) adquirió el terreno y lo quiso donar a la Universidad Austral de Chile para que esta casa de estudios pueda levantar un centro de rehabilitación para adultos.

Farkas le pidió en 1997 al ingeniero calculista Francisco Arias que hiciera un estudio de la infraestructura y éste llegó a la conclusión que la obra jamás se hundió y que estaba en perfectas condiciones, de hecho, ha aguantado los terremotos de 1960 y 2010.

La explicación que habrían dado los expertos es que como el edificio está en obra gruesa su subterráneo de llenó de aguas lluvias, dando la apariencia de estar hundiéndose.

Extraoficialmente se señaló que a fines de los años cuarenta habrían hecho un mal cálculo de los costos de edificación y que los mandantes se quedaron sin dinero para terminarlo, abandonando por completo el proyecto.

Respecto al nexo con la Universidad Austral con el edificio, éste finalmente se desechó en 2019. En su momento el ex rector de dicha casa de estudios, Óscar Galindo, manifestó a la prensa de Valdivia que el edificio era “irrecuperable” y que “más bien lo que correspondería sería demolerlo”.

El interior del edificio muestra el paso de la humedad y de los grafiteros. Crédito: Grupo Diario Sur.

Un tétrico edificio

Actualmente el edificio del hospital de Pilauco es ocupado por el Cuerpo de Bomberos de Osorno. 

Los caballeros del fuego hacen uso del edificio para sus prácticas en el combate del fuego y rescate.

Pero no sólo los bomberos han tenido acceso al edificio a lo largo de 65 años de abandono, sino que otras personas, algunas hasta misteriosas y que han dejado rayados de toda índole.

Uno de esos rayados que se ha convertido en mito urbano de Osorno es la escritura de la oración del Padre Nuestro en doce lenguas diferentes. Estos escritos estaban en el séptimo piso del edificio, pero fueron tapados con otros rayados como lo comprobó el video del youtuber Claux.7.

Nunca se supo acerca de quién hizo estos rayados del Padre Nuestro y con qué intención, lo que dejó un halo de misterio. 

Se dice que la oración estaba escrita en español, mapudungún, aymara, finlandés, inglés, hebreo, francés, turco, japonés y latín, entre otros; y que además se añadieron otros pasajes bíblicos.

En una entrevista a un medio osornino, el empresario Tobías Farkas dijo que cuando adquirió el edificio en los años noventa, los escritos del Padre Nuestro y de otros pasajes bíblicos ya se encontraban escritos.

"Ahí se juntaban frecuentemente jóvenes a beber y hacer otras cosas. Incluso hubo varias muertes. Algunos cayeron por el lugar donde se iba a habilitar el ascensor y también una mujer fue a botar su guagua", contó Farkas.

Añadió que tras comprar el sitio prefirió desaguar el subterráneo, que era uno de los lugares peligrosos ya que allí habría muerto una persona ahogada, y además cerró el acceso para impedir que siguieran ingresando más personas.

No es fácil llegar al séptimo piso, pues las escaleras no están en buen estado, hay mucha humedad e incluso hay peligrosos hoyos en casi todos los pisos por lo que si alguien camina de noche y no ve estas aberturas sufrirá una terrible caída que sería mortal.

Una antigua foto que muestra el “Padre nuestro”, pero sin los rayados actuales. Crédito: redes sociales.

Una muerte misteriosa

La leyenda urbana se alimentó aún más con historias de supuestos ritos satánicos. Lo cierto es que a veces se evidencia al interior del edificio la presencia de personas que se reúnen a beber, drogarse o que han hecho fogatas para calentarse de las frías noches osorninas.

El último caso de una muerte ocurrió en noviembre de 2018 cuando un joven estudiante fue encontrado sin vida en el subsuelo del denominado “Hospital maldito de Pilauco”.

Los medios de prensa indicaron que este joven celebraba su cumpleaños con familiares en su casa de Rahue Alto y posteriormente salió por la noche, pero nunca volvió hasta que su cuerpo fue encontrado en el edificio abandonado.

Detectives de la PDI investigaron el caso e informaron a la prensa que el cuerpo del adolescente de 16 años no tenía lesiones atribuibles a terceras personas.

Otro aspecto extraño del caso es que Carabineros recibió una misteriosa llamada de alguien que avisó el accidente, lo raro es que la llamada se hizo desde el teléfono de la víctima.

Se cree que el adolescente se cayó desde el sexto o séptimo piso del hospital, pues sus pertenencias se encontraron en la planta alta.

Ya han pasado 65 años desde que se levantó el edificio y, pese a que de vez en cuando surgen voces que piden demolerlo, el “Hospital maldito de Pilauco” sigue ahí, incomodando a unos y llamando la atención de otros.

 

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